Tuesday, January 19, 2010

Entrelazamiento

Veo la efervescencia de mi interior con cierta curiosidad, mezclado como la espuma de las olas que surge cuando rompen en la orilla del relato cotidiano.

Hay formas en las que me puedo reconocer, o alguien en mi interior se reconoce. Ideas que me han acompañado durante toda mi vida, ilusiones que han marcado mi dirección, gustos que siempre han excitado sublimes sentimientos. También, miedos que me coartan, rabias originadas por los mismos motivos, represiones que me definen... Y todo este amasijo indefinido de sentimientos y decisiones que ha ido tejiendo mi historia personal, que ha surgido del transcurrir de mi existencia, es lo que reconozco como mi identidad.

Sin embargo, hace algún tiempo, me sorprendo escuchando el borboteo residual de mis pensamientos. Esos que no alcanzan a tener suficiente energía como para poder tener unidad, sombras en estado líquido. Y quitando con esfuerzo el raciocinio fosilizado de siempre, veo otra posible existencia.

Sueño con una persona urbana, sofisticada en las formas de vestir, viviendo en una gran ciudad, donde inunda lo contemporáneo, la vanguardia en el modo de vida... En otras ocasiones, puedo dibujar una persona en contacto con la naturaleza, más salvaje, más cercana con su parte primitiva, visionando la esencia de la naturaleza, disfrutando del tiempo calmado ,acompasado al ritmo del universo.

Puedo pensar que esto son posibilidades frustradas, ramificaciones de una vida que pudo ser, pero que en ciertas bifurcaciones he abandonado. Sin embargo, no deseo mirar ese sonido residual como oportunidades abandonadas en el camino, sino más bien como posibilidades aún activas. Elementos de mi interior que surgen a cada momento en el intento de cambiarme, de transformarme en otra persona. Y esto, me fascina. Toda esta efervescencia no son frustraciones, ni posibilidades muertas irrealizables, sino más bien esa parte de mí que existe entrelazada, esperando su oportunidad y que puede, en ocasiones, que esa parte líquida pase a formar parte del jardín de ideas cristalizadas, donde me reconozco.

Ahora sé que no soy una persona estática, definida por mi historia, fosilizada en una vida. Puedo ver mi parte licuada, que me acompañará toda mi vida, en el ruido de fondo, entrelazada en esa parte que reconozco como mía y que ahora sé que es semifluida.